Esta guía está pensada para quienes desean comenzar a cultivar un bonsái desde cero. No importa si empezás a partir de una semilla, un plantín, un árbol de vivero, un acodo o un esqueje. Aquí te ayudaremos a evitar los errores más frecuentes para que disfrutes del proceso y consigas mejores resultados.
No pierdas tiempo con especies que no funcionan
Es fundamental seleccionar bien la especie con la que quieras empezar. Si eres principiante, evita las especies de cultivo complicado.
Muchas veces, las ganas de probar nuestras habilidades nos llevan a escoger árboles difíciles o muy delicados, lo que suele terminar en fracaso. Esto puede ser frustrante, especialmente si no sabes si el problema fue causado por tu técnica o por la especie en sí. La idea es evitar la decepción innecesaria y aprender a tu propio ritmo.
Hay una amplia variedad de especies aptas para bonsáis que responden bien al cultivo y son ideales para principiantes. Por ejemplo, especies con hojas muy grandes, difíciles de ramificar, propensas a enfermedades o de crecimiento extremadamente lento deberían descartarse al inicio.
OLMO (una especie fantastica si sos principiante)
Recuerda: Lo importante es que disfrutes el proceso y veas resultados. Empezar con especies adecuadas te permitirá ganar confianza y poco a poco podrás probar técnicas más avanzadas y trabajar con especies más desafiantes.
Respeta siempre los tiempos: cada técnica tiene su momento
Uno de los errores más comunes es aplicar técnicas fuera del momento adecuado. Esto ocurre mucho en la etapa de engorde y formación del tronco.
Por ejemplo, si tu objetivo es lograr un tronco con un diámetro importante y una forma determinada, lo ideal es plantar el árbol en un contenedor grande o directamente en tierra para permitirle crecer libremente. Durante este periodo, no es necesario podar ni alambrar, salvo para corregir mínimamente la dirección de la brotación.
Muchos cultivadores, por impaciencia, comienzan a despuntar, podar ramas o incluso alambrar prematuramente, lo que solo retrasa el crecimiento de la planta. Es fácil perder tiempo en esta etapa crucial si no respetas los tiempos.
Consejo práctico: Márcate objetivos anuales claros y aplica las técnicas apropiadas en el momento adecuado. Por ejemplo, si estás engordando un árbol, no podes ni despuntes, ya que no tiene sentido lógico hacerlo en esa fase.
Establece un régimen de abonado y sé constante
Otro error común es la falta de consistencia en el abonado. Actualmente, el mercado ofrece una gran variedad de productos: fertilizantes, aminoácidos, iniciadores y más. Sin embargo, cambiar de producto constantemente o mezclar diferentes opciones sin un plan puede perjudicar a tu planta en lugar de beneficiarla.
Importancia del abonado adecuado:
Si tu árbol está en etapa de engorde, lo ideal es usar un abono alto en nitrógeno aplicado regularmente. Esto puede provocar hojas más grandes y entrenudos más largos, pero es algo positivo en esta etapa, ya que favorece la generación de biomasa y, por ende, el engrosamiento del tronco.
Abono organico pelletizado
Mi recomendación personal:
- Aplica abono sólido una vez al mes.
- Complementa con abono foliar cada dos semanas.
- Mantén este régimen al menos durante un año antes de hacer ajustes según los resultados.
La clave está en mantenerlo simple y constante. No te dejes abrumar por la cantidad de productos disponibles; utiliza lo que consideres más positivo y ajusta según lo que funcione para ti y tu planta.
Conclusión
La formación de un bonsái requiere paciencia, observación y planificación. Evitar estos errores comunes te permitirá avanzar más rápido y disfrutar más del proceso. Recuerda que el bonsái es tanto una técnica como un arte, y cada árbol refleja el tiempo y el cuidado que le dediques.
¡Anímate a cultivar y observa cómo tu bonsái evoluciona junto a ti!